en Publicaciones de los Hermanos

Nuestro hermano Mike Shaugnessy reflexiona sobre un tema muy actual: la infodemia.

ESTE NO ES UN ARTÍCULO sobre el coronavirus. Es sobre algunas cosas relacionadas con el virus, especialmente referentes a la juventud y a la cultura juvenil. La intención es explicar la conexión entre una infodemia, la ansiedad, la difusión del postmodernismo, y las redes sociales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado el coronavirus como causa de una infodemiamasiva.“No estamos combatiendo simplemente una epidemia; estamos combatiendo una infodemia. Las noticias falsas se difunden con más rapidez y facilidad que este virus, y son igual de peligrosas.”

Una infodemia —término formado a partir de las palabras “información” y “epidemia”— es “una sobreabundancia de información que dificulta determinar qué es verdadero y qué es falso.” Una infodemia le dificulta incluso a la comunidad médica saber qué es verdadero.

Es la naturaleza de los medios de comunicación el vender noticias, y las noticias que inducen al temor se venden mejor que las buenas noticias. La noticia crea noticia, y en algunos casos la noticia se vuelve viral.

La tasa a la que se propaga un virus es su R0 (que se pronuncia “R cero”), un término matemático que indica cuán contagiosa e infecciosa es una enfermedad. Un número de reproducción R4 significa que, como promedio, una persona infecta a otras cuatro. La OMS ha descrito el torrente de cobertura como una infodemia porque la información se está reproduciendo a una tasa muy alta. (Incluso la palabra “infodemia” se está reproduciendo viralmente.)

Son pocas las personas en el mundo actual que no han oído la palabra “coronavirus” o “covid-19”, aunque las búsquedas de esas palabras en Internet en diciembre eran menos del 1% de lo que son hoy.

Como un ejemplo de mala información viral, la OMS citó la afirmación de que el coronavirus se propagaba al comer sopa de murciélago. Ahora, una búsqueda en Google de “sopa de murciélago” muestra, en su segundo conteo más alto de clics, un artículo del periódico Sun acerca de si el coronavirus se propaga por medio de la sopa de murciélago. Es solo al final del artículo que el Sun llega a la conclusión de que eso es dudoso.

Unos cuantos puestos más abajo en la búsqueda de Google aparece un artículo de NPR que menciona los murciélagos como transmisores de múltiples formas de coronavirus que “podrían” estar saltando a los seres humanos. NPR no dice nada acerca de la sopa. Si usted va a YouTube encontrará videos sobre la sopa de murciélago y el coronavirus, de los cuales los más populares son burdos (y son burdas distorsiones de lo que es la sopa de murciélago).Para entonces, ya ustedestará atrapado en la infodemia.

La juventud

Si es difícil para la OMS el tratar con la cobertura viral de los medios, todavía más difícil es para los jóvenes. Ellos tienen menos experiencia en juzgar sus fuentes de información, y también tienden a buscar fuentes menos confiables. Las redes sociales han llegado a ser la principal fuente de noticias e información para la gente joven.

Si usted leyó nuestro Youth Culture Newsletter de noviembre del 2019, usted está consciente de la importancia de los influenciadores sobre los medios sociales, especialmente para los jóvenes. Los influenciadores influencian a personas que influencian a otras personas.(Nótese la raíz comúnentre “influenciadores” e “influenza”.)

Pewdiepie se burla del coronavirus

Pewdiepie, el influenciador más popular en YouTube , hizo un video sobre el coronavirus, como también lo hizo el influenciador que está en segundo lugar en popularidad, Whindersson Nunes.

Incluso hay adolescentes que pusieron en línea un diagnóstico falso de coronavirus para ganar más visitas de redes sociales. Lo que piensan es: “¿Por qué no?”

Las redes sociales, y algunos de los blogs y videos de pura palabrería que producen, son lo que distingue la infodemia del coronavirus de la infodemia del SARS en el 2004.Esa infodemia vino antes del auge (increíblemente rápido) de las redes sociales. Ahora, casi todo el mundo está en una forma u otra de red social, y son los influenciadores, no los expertos, los que dominan el mundo de las redes sociales.Los influenciadoresquierenseguidores,no datos reales.Son buenos para el mercadeo y rara vez están capacitados en la ética de la comunicación, pero son algunos de los principales “educadores” de la juventud.

La OMS, que no es un gran influenciador entre los jóvenes, está preocupada acerca de los resultados de las búsquedas sobre el coronavirus en Amazon. Esas búsquedas muestran las mascarillas como el principal artículo de venta, junto libros poco confiables que aseguran decirle a uno “todo lo que necesita saber”.

El Cirujano General de los EE. UU. ha tuiteado enfáticamente lo siguiente: “¡En serio, gente: DEJEN DE COMPRAR MASCARILLAS! NO SIRVEN para impedir que el público en general se contagie del #Coronavirus, pero si el personal de salud no logra conseguirlas para atender a los enfermos, los pone en riesgo a ellos y a nuestras comunidades.”

La ansiedad

Las tasas de ansiedad entre los jóvenes están subiendo a causa de la infodemia.

  • La mayoría de los que salen en las fotos usando mascarilla son jóvenes. Los niños y adolescentes dan por sentado que ellos son los que más deberían preocuparse por el virus.
  • Los adolescentes son más propensos a trastornos de ansiedad que los adultos, y los adolescentes de hoy son más ansiosos de lo que eran sus padres.

Hoy día, los jóvenes tienen otro productor de ansiedad en línea que sus padres podrían no notar. ¿Cuál es un posible antídoto? ¡Lea usted la vida de san Damián el Leproso , un hombre que sacrificó su vida para que otros pudieran vivir!

El postmodernismo

La sobreabundancia de información conectada con el coronavirus nos dice a gritos que estamos viviendo en una era infodémica. Cada vez es más difícil determinar qué es verdadero y qué es falso acerca de muchas cosas. Eso refuerza la cosmovisión postmoderna como la que es obviamente correcta: no hay ninguna cosmovisión correcta. Simplemente haydemasiadasvocesquegritan, y que al gritar crean un huracán de ruido. ¿Cómo puede uno saber a quién creerle? ¡En efecto, el esfuerzo necesario para encontrar la verdad se vuelve agotador, y entonces la gente simplemente tiene que rendirse y creer cualquier cosa!

El antídoto: logre que sus hijos se fundamenten en la verdad de servir primero al Señor y a su prójimo, no a ellos mismos ni a sus temores…

Los padres de familia

Esperen más infodemias. No solo surgirán en torno a asuntos médicos. Guerras y rumores de guerras, un potencial colapso económico, impactos de meteoritos, y otras cosas desconocidas van a provocar temores que se vuelven epidémicos.Ustedes son el antídoto. Formen a sus hijos para que sean movidos por la fe, la esperanza y el amor. Fundaméntenlos en la verdad. Enséñenles la diferencia entre las noticias confiables y las no confiables, entre los medios sociales confiables y los no confiables. Sean ustedes el antídoto a la infodemia.



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