El proceso de unirse a los Siervos de la Palabra tiene varias etapas y dura aproximadamente 7 años. Primero uno es afiliado, normalmente sin vivir en una casa de los Siervos de La Palabra. Durante ese tiempo simplemente se comienza a conocer a los hermanos. Eventualmente se muda a una de nuestras casas (ver Contáctenos). Un siguiente paso es entrar a formación, expresando voluntariamente la intención de aprender lo que nuestra vida conlleva y aprender a vivir nuestra regla de vida. Esto se hace en la región a la que uno pertenece (ver Conoce a los Hermanos), seguido de dos años de formación en nuestra casa internacional en Ann Arbor, Michigan. Después de ese periodo de formación un hermano puede hacer su primer compromiso pleno (temporal), duradero por un año. Después de haber renovado ese compromiso por lo menos una vez, él puede hacer su compromiso de por vida. (Para más información, ver Proceso de discernimiento)
El compromiso final para unirse a los Siervos de la Palabra es llamado Compromiso de por vida, porque tiene la intención de ser permanente, como en el matrimonio. Aunque técnicamente no son votos, nuestros compromisos son solemnes, eso explica por qué tardamos mucho para llegar a ese paso. El proceso de discernimiento involucra al hermano mismo y a todos los otros hermanos con compromiso de por vida, por lo que ellos se comprometen con él de la misma manera. Reconocemos que en circunstancias excepcionales un hermano podría no ser capaz de vivir sus obligaciones, en dado caso puede ser dado de baja su compromiso. Y habrá casos en los que hombres decidan irse, aunque sus hermanos estén de acuerdo o no.
Nuestro enfoque es servir al Señor todo el tiempo que sea posible. Qué tanto sea eso depende de muchos factores, tales como nuestra salud y las necesidades en un momento particular. Pero sí tenemos un fondo de retiro, lo que significa que los hermanos no deben procurar un ingreso a partir de cierta edad.
Dada la vida misionera, los hermanos en Los Siervos de la Palabra normalmente no serán los primeros en atender la salud de sus padres en enfermedad o su edad mayor. Qué tanto un hermano pueda o deba hacer por ellos depende de muchos factores, tales como proximidad y disponibilidad. Pero los hermanos regularmente juegan un rol significativo en el cuido de sus padres, siendo ejecutores de su voluntad, manteniendo poder médico notariado o ayudando en situaciones de la familia y desafíos.
Todos nuestros hermanos han sido entrenados en algún campo de estudio u ocupación y muchos de ellos tienen títulos universitarios. Qué carrera decidan seguir depende de muchos factores, tales como sus dones, las necesidades de la hermandad y su misión, incluyendo nuestra situación financiera y posiciones disponibles de servicio. Algunos hermanos trabajan secularmente y muchos se dedican de tiempo completo a la labor misionera. Lo que hagamos y donde lo hagamos siempre es decidido en conjunto con la hermandad, no simplemente por el hermano en cuestión.
Parte del proceso de discernimiento que un joven abraza es ver si la hermandad debería convertirse en su casa permanente, su “familia”. Una vez que haya hecho un compromiso de por vida con los Siervos de la Palabra, sus hermanos son las principales personas cuidando de él en la vida y en la muerte. Su familia siempre será su familia, pero su habilidad de ser parte de la vida familiar cambia, así como lo hace un hijo cuando se casa. Que tanto tiempo pueda continuar en ser parte de la vida de su familia depende de muchos factores como la proximidad, disponibilidad, y necesidad.
Somos una hermandad misionera y como tal nos hacemos disponibles para ir a donde más se nos necesite. Como consecuencia cada uno de nosotros tiene el potencial de terminar en cualquier parte del mundo. Dependiendo de su trabajo y la proximidad de su familia irá a su casa entre cada año y cada cuatro años.
Tenemos hermanos de los siguientes países:
Austria, Bélgica, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Inglaterra, Fiji, Francia, Guatemala, Irlanda, Líbano, México, Nicaragua, Irlanda del Norte, Filipinas, Escocia, Corea del Sur, Estados Unidos, Gales
Actualmente tenemos 134 hermanos involucrados, de los cuales 53 hermanos tienen compromiso de por vida.
Actualmente tenemos casas en los siguientes países: Inglaterra, Irlanda del Norte, Filipinas, México, Costa Rica y los Estados Unidos. (ver Conoce a los Hermanos)
El ritmo primordial de nuestra vida anual está gobernado por las temporadas cristianas. Cada casa vive el Adviento, la Navidad, la Cuaresma y la Pascua. Nuestro patrón de vida varía un poco de acuerdo a cada temporada. Todos nos vamos de retiro cerca del tiempo de Navidad y diferentes hermanos toman vacaciones en diferentes tiempos del año. El otro factor significativo en nuestro año son los calendarios académicos de las universidades donde servimos, ya que organizamos las actividades de las misiones de acuerdo a la disponibilidad de los estudiantes.
La vida de la hermandad es gobernada por una regla, llamada la Alianza de los Siervos de la Palabra. Deja claro nuestro llamado y misión, nuestra forma de vida, los principios de nuestro gobierno y estipula los compromisos que hacemos. Cada una de nuestras casas está bajo el liderazgo de la comunidad local donde se encuentra y la hermandad como un todo está bajo el gobierno de La Espada del Espíritu (ver Liderazgo & Afiliación).
Vivimos de manera sencilla y confiamos en que Dios provee para nuestras necesidades. Como buenos administradores requerimos que todos los hermanos reciban un seguro médico y tenemos planes para que después de una cierta edad, un hermano ya no necesite producir más ingresos, aunque continúe trabajando.
Cuando un joven se Afilia, no entra en ninguna obligación financiera, pero retiene total responsabilidad de sus finanzas. Incluso cuando se muda por primera vez a una casa de la hermandad, solamente se espera que mantenga su estadía, es decir que su trabajo o servicio sea cubierto de sus propios gastos. Una vez que entra a formación, él se vuelve un hermano “en común”, sus ingresos y gastos son administrados en conjunto con todos los hermanos.
Como muchas familias, Los Siervos de la Palabra tienen sus finanzas en común. Por lo tanto, aunque un hermano trabaje secularmente, sirva de tiempo completo en un ministerio cristiano y obtenga un salario representativo o no reciba ningún salario, nosotros como hermandad cubrimos sus necesidades y él a su vez pone en el fondo común todo ingreso, regalo, etc., que reciba.
La hermandad es auto sustentable, nosotros cubrimos nuestros gastos con los ingresos que generan nuestros hermanos. Cualquier recaudación de fondos que hagamos (Ver Apóyanos) va hacia la formación y misión de los Siervos de la Palabra.
Los Siervos de la Palabra son una hermandad ecuménica (ver Fe Compartida), con hermanos provenientes de muchas de las principales iglesias cristianas. Los hermanos individuales permanecen comprometidos a las iglesias que pertenecen y nosotros como hermandad estamos comprometidos a apoyar a cada miembro en los compromisos de su iglesia. La hermandad como un todo no está bajo ninguna autoridad eclesial, pero mantiene relaciones sólidas con todas las autoridades relevantes de cada iglesia.