«El valor incomparable de conocer a Cristo nos ha llevado a reorientar nuestras vidas para servirlo solamente a Él.»
Todos los hermanos en los Siervos de la Palabra tienen una cosa en común. Ellos han descubierto “el tesoro escondido en el campo” y con gozo han ido a venderlo todo para comprar el terreno (Mateo 13:44). El valor incomparable de conocer a Cristo nos ha llevado a reorientar nuestras vidas para servirlo solamente a Él. Aunque hay muchas limitaciones impuestas por nuestra humanidad, nuestra debilidad y circunstancias, no obstante, buscamos que nuestra vida entera, nuestras energías y nuestros recursos sean para Él y su Reino. Esto no es un quehacer o un gran sacrificio, pero algo que hemos decidido alegremente. Esta orientación no solo nos ha llevado decidir inicialmente pero continúa inspirando nuestra vida y servicio de una manera constante.