Cuando un joven está interesado en conocer más de cerca nuestra vida, él comienza un proceso de discernimiento el cual, de inicio a fin, involucra las siguientes etapas:
1 Afiliación
En esta etapa un joven simplemente expresa su interés conocernos mejor. Como un afiliado, él regularmente visita nuestras casas, comienza a experimentar nuestra espiritualidad y construye relaciones con varios hermanos. A menudo se une a algunos de nuestros hermanos para vacaciones y retiro de Navidad.
En algún punto un afiliado también se muda a alguna de nuestras casas, especialmente si no lo ha hecho anteriormente, para poder experimentar el día a día de la vida de la hermandad. En cualquier momento puede dejar de ser afiliado.
2 Formación
Si el interés de un joven permanece junto con el de deseo de seguir adelante, él puede decidir considerar nuestra vida más seriamente. Entraría al proceso de formación, primero en su región local y después en nuestra casa internacional de formación en Ann Arbor. Durante ese tiempo, entrara “en común”, es decir que empieza a experimentar no tener posesiones, sino compartir todo con sus hermanos. Por un periodo, dejará cualquier ocupación en la que se encuentre participando y servirá tiempo completo en nuestra vida internacional y nuestra misión. Durante este periodo él también pasa por nuestro programa de cursos y enseñanzas que le ayudan a entender nuestra vida y llamado. Cuidado pastoral intensivo lo ayuda a discernir si este estilo de vida es verdaderamente para él.
3 Compromiso temporal
Después de un mínimo de cuatro años, un afiliado en entrenamiento puede hacer su primer compromiso temporal. Al hacerlo, se compromete a vivir la vida de la alianza, permanecer soltero por un año y de compartir su vida con otros hermanos. En otras palabras, intenta vivir una vida “normal” de la hermandad y el solo intento de hacerlo le ayuda a él y sus hermanos ver si esta vida le calza.
Normalmente renovara su compromiso por lo menos dos veces antes de hacer su compromiso de por vida.
4 Compromiso de por vida
Al final de un periodo de aproximadamente siete años, un hombre puede hacer su compromiso de por vida.